Trilogía LA NUEVA REALIDAD
2020
EXPERIENCE SPACE ART
- Trilogía
Conversaciones
sobre arte, comunicación y
#conciencia
- Ser árbol y bosque a la vez?
- ¿Esfuerzo o voluntad?
- ¿Arquetipo o paradigma?
Nuevos valores para una nueva realidad, en la que el bien común, la persona, la vida en sociedad
y el planeta se cuiden con amor.
1830: Liberté, égalité et fraternité
2020: #conciencia, #humanidad y #diversidad.
La inspiración para esta trilogía me llega a la vez de las obras de tres artistas muy diferentes:
El Peine del viento de Edueardo Chillida, en la costa de Ondarreta, Seis Círculos de Piedra de Richard Long, en Londres, y La Materia del Tiempo de Richard Serra, ubicada en el Guggenheim de Bilbao.
Ante ellas se establece un triángulo de comunicación entre el observador, el mensaje del artista a través de su obra y el espacio, la naturaleza, transformado en diálogo por la irrupción del artista con su obra. Tres obras que permiten al observador vivirlas desde dentro, pasearlas y conversar con ellas desde la perspectiva de ser naturaleza envuelta por las obras, en comunión con los espacios que crean inseparablemente de los espacios en que están ubicadas, como olas inseparables del océano.
#Conciencia, #Humanidad y #Diversidad están hechas de naturaleza, de diversidad y de armonía a la espera del espectador dispuesto a entrar y hablar, con el espacio que crean, de naturaleza, de diversidad y de armonía.
La intención de la obra artística es captar la atención del espectador al verse inmerso en un espacio extraño, que lo conduce a emociones inesperadas provocadas únicamente por el propio espacio, de tal manera que las percepciones normales de los sentidos queden atenuadas ante la inquietud por comprender las sensaciones que conlleva la percepción espacial.
La obra pretende provocar en el espectador emociones inefables como consecuencia de la percepción de un espacio que lo sorprende, condicionando los sentimientos en el transcurso de la experiencia.
En busca de la experiencia de adentrarse en una realidad nueva y dejarse llevar por el deseo de explorarla. De la experiencia de que la intuición sea la guía cuando la razón no tiene ni experiencia ni memoria. De la experiencia de la fascinación por descubrir caminos y espacios a cada paso andado. De experimentar la belleza en los contrastes de las diferencias. De experimentar que por encima de las barreras físicas cercanas se puede ver un cielo abierto e infinito.
En principio, se plantea una experiencia que será distinta en función de la puerta por la que se entre. Esta “suerte” previa presenta la longitud de los caminos a recorrer y los contrastes a sentir en diferente orden.
Al entrar, uno se encuentra en un espacio diferente a la experiencia conocida con las direcciones N - S y E - O, aquí las direcciones son curvas y solo pueden ser observadas desde perspectivas limitadas. Se atisba un camino al frente, obstaculizado. He de decidir en qué dirección supero el obstáculo con intención de dejarlo atrás.
Pero antes de esto, se presenta una encrucijada con otro nuevo camino también interesante o la opción de abandonar por una nueva puerta de salida.
Al comenzar a recorrer el camino, de nuevo, otra toma de decisión: ¿por la izquierda o por la derecha?, aunque da igual, pues el destino, inmediato a la vista, es el mismo. El trayecto, un pasillo que comprime, pide atención a dónde sitúo los pies en cada paso, a las nuevas perspectivas visuales que aparecen al otro lado de los obstáculos del centro y al espacio que se va abriendo tangente a la barrera, curva de hormigón, que me impide ver el final y que, sobre todo, me llama al descubrimiento de qué es lo próximo.
Al final de este camino, llego a un espacio que me obliga a girarlo para volver a recorrer el camino, paralelo y simétrico, en dirección contraria. Pero antes, necesito comprender y aprender cómo es este espacio: a la vez simple y con complejidades y contrastes extraños.
Al llegar otra vez ante la posibilidad de salir y abandonar, aparece enfrente otra nueva dirección con contrastes diferentes y ese obstáculo que de nuevo tendré que rodear. Y de nuevo, la posibilidad de un tercer camino; esta vez, el camino que recuerdo haber visto al frente, cuando entré a esta experiencia.
En este momento la pregunta que me hago es: ¿quiero experimentar todas las posibilidades de contrastes que me ofrece este espacio, atractivo e incómodo?
Cuando tú lo recorras, quizá descubras que la intuición te lleva, sin estrés, por la misma dirección y caminos que te llevaría la razón de la memoria y el conocimiento.
#Conciencia de obrar por el bien común.
Este desarrollo de la CONCIENCIA necesita una educación para el liderazgo,
entendido este como un desarrollo de la persona para obrar con libertad, con bondad, con empatía
y con crítica para construir buscando la perfección.
#CONCIENCIA
Mayo 2020
Proyecto y dirección para la construcción de una OBRA ÚNICA.
Mármoles Blanco Macael, Negro Marquina y Rojo Alicante, muro de hormigón y cesped.
Diámetro 68 m, altura 3,00 m.
Ser árbol y bosque a la vez
La sabiduría
La sabiduría es un carácter que desarrolla la persona con la aplicación de la inteligencia en la experiencia propia, obteniendo conclusiones que le dan un mayor entendimiento, que a su vez le capacita para comprender y reflexionar en el discernimiento de la verdad, la bondad y la belleza. Es un atributo de perfección consecuencia de la experiencia.
El crecimiento personal es el desarrollo de la conciencia mediante el conocimiento de la propia identidad.
Ser árbol
La infinidad de brotes que nacen cada primavera en un bosque, aún, no son el bosque.
Cada semilla es una esperanza de continuidad y de perpetuación de la vida y cada brote que nace es la presencia del futuro del bosque.
La energía que conforma el bosque es la que da lugar a que cada semilla germine y cada brote se desarrolle siendo bosque. Cada brote se desarrolla al amparo de la luz filtrada por los árboles que alcanzaron su madurez.
La envergadura de los árboles adultos les permite, en sus copas, recibir la luz directa del sol y experimentar el viento con libertad. Esas copas sobresalientes son las que dan el cobijo sombreado al bosque y la placidez del viento cuando sopla fuerte. Esas hojas de las copas nacen con la capacidad de absorber la energía abrasadora del sol y la violencia del viento.
Está en la naturaleza de la semilla el germinar en condiciones adecuadas y en la naturaleza del brote el crecer hasta llegar a recibir la luz del sol para, entonces, ser bosque propiciador y protector del bosque futuro. Esta es la verdadera identidad del árbol.
Reír, cuando un chiste trata de ridiculizar
Reír es mostrar el alma y compartir gozo, alegría y felicidad.
Celebrar con risa, debería de ser un acto voluntario y consciente más que un acto reflejo a algo que nos sorprende.
La idea que encierra un chiste no debe ser aceptada por buena por el hecho de ir envuelta en ese estilo.
Cuando un chiste pasa por delante de nosotros debemos ser conscientes de si ese chiste ha surgido de una intención de ridiculizar algo y, en consecuencia, ser conscientes de nuestra voluntad para sumarnos a esa ridiculización.
Transmitir ese chiste supone hacernos cómplices del autor en la ridiculización que pretende
El arte para crear conciencia (de árbol y bosque a la vez)
En mi opinión, utilizar el arte para ridiculizar se aparta de los fines más elevados para los que los lenguajes del arte son útiles.
Los lenguajes del arte, o el arte como lenguaje, son los instrumentos para comunicar desde el alma, en busca de conectar con conciencias afines, sentimientos de verdad, bondad y belleza.
El artista, desde su conciencia, explica los hallazgos de su desarrollo personal, sus experiencias sensoriales y sus anhelos de perfección del mundo que le rodea.
Es intrínseco a la naturaleza del artista la evolución, el desarrollo y el crecimiento; la creación, la comunicación y la aspiración.
La aspiración del artista debería ser llegar a ser árbol y bosque a la vez. El artista debería poner voluntad en apartarse del arquetipo luchador para asumir los arquetipos de creador y cuidador.
En la asunción del arquetipo cuidador aspirará a emplear su sabiduría en crear conciencia de verdad, bondad y belleza, los verdaderos atributos de la naturaleza y, por tanto, de la vida entendida como crecimiento personal y creación.
- Ernesto Oñate
0708
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